miércoles, 1 de junio de 2011

Con el tiempo... todos volvemos a ser niños...



Recordando mi infancia y mi niñez, y viendo mi presente, he llegado a concluir que todos nacemos, crecemos y finalmente volvemos a ser lo que fuimos.
Se preguntarán ¿En qué sentido se da eso? ¿Cómo volvemos, y a qué cosa volvemos? Pues la respuesta es fácil, venimos a este mundo sin nada, sin siquiera saber nuestros nombres, somos niños que dependemos de nuestros padres, luego crecemos y aprendemos a hacer lo básico para vivir, lo importante para crecer.
Luego llega un momento en que nadie se da cuenta, ni siquiera nosotros mismos, y es el momento de independizarnos, y no solamente nos independizamos de los padres, de la casa de familia, sino de los pensamientos, ideas y sueños, que antes eran de los padres y todo gira en torno nuestro, nos volvemos más egoístas.
Pensamos sólo en nuestras metas, nuestros objetivos y nuestros más grandes sueños. Talvez en ellos también se encuentren nuestros padres, pero aún así nos alejamos de ellos con el correr del tiempo.

Y el tiempo pasa, cumplimos algunos sueños, nos sentimos realizados y cada vez más libres e independientes de quienes nos dieron la vida.
Pero hay momentos o días en que se lo dedicamos, ¡Sí!, y son el "Día del padre", algunas horas, "Día de la madre", también unas horas, y "Navidad", una noche, talvez en la cena.

Y así pasó y pasa el tiempo, ellos con la piel más arrugada, con los dientes más amarillos, ella con más canas, él con la cabeza más pelada y lo que le queda por cabello cada vez más blanco y brillante. Si nos ponemos a observar, talvez sus movimientos más lentos, pero aún así están siempre con las mismas fuerzas y ganas de trabajar día a día, con la misma que cuando yo tenía 6 años.
Ella temprano con el mate en la cocina, preparando ahora, lo que va ser nuestro desayuno y de paso el almuerzo de algunos de nosotros, él un poco más tarde, toma su mate con ella todos los días y viendo el noticiario antes de ir a trabajar, pero ahora sin poder escuchar, al menos que subamos los decíbeles al máximo. Y así transcurrió toda una vida, la de ellos y la nuestra.

Pero hay momentos en que uno de ellos se enferma o tiene que cuidar más su salud, todo cambia o casi todo. Y llega nuestro turno, es ahí que vuelven a ser lo que fueron antes, porque somos nosotros los hijos, quienes debemos cuidar de ellos, así como ellos lo hicieron con nosotros, nosotros debemos tratarlo con la misma paciencia y amor que ellos nos brindaron.

Estos días mi papá se había enfermado de una gripe y tenía malestar en el cuerpo y como hacía un poco de frío, fuí a verlo y me dijo: "¿Qué hora es?, y yo le respondí: "Temprano todavía, dormí más nomás", entonces le volví a cubrir con la sábana, y eso me recordó cuando era pequeña, y él venía a taparme antes de dormir, recuerdo todas las veces que me había regañado para que yo coma algo, recuerdo también a mamá cuando nos decía qué debíamos comer y qué no, porque nos haría mal, y ahora somos nosotros quienes les decimos "mamá esto no tenés que comer" o "papá, no tomes tanto" y "mamá no te olvides de tu remedio", y es por todo esto que digo: "Con el tiempo, todos volvemos a lo que fuimos, todos volvemos a ser niños otra vez"...

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